Un varicocele no es más que la presencia de varices en el testículo, o mas exactamente varices alrededor del testículo por la dilatación de las venas que lo drenan. Curiosamente aparecen en el lado izquierdo en el 90% de los casos. Este hecho se ha intentado explicar porque el drenaje venoso del testículo izquierdo desemboca directamente en la vena renal del mismo lado, pero el drenaje del testículo derecho desemboca en la vena cava inferior. Es una explicación voluntariosa basándose en esta diferencia anatómica pero no es una demostración concluyente.

En cualquier caso, el varicocele ha sido una anomalía considerada culpable de algunos casos de infertilidad del varón. Es cierto que en algunas ocasiones, en individuos con problemas de fertilidad, con un contaje disminuido de espermatozoides y con movilidad reducida, encontramos un varicocele en el teste izquierdo. Pero también es cierto que en la mayoría de los varones infértiles no hay varicocele y que la mayoría de los hombres con varicocele no se presentan problemas defertilidad.

Antes de que estuviesen disponibles los modernos métodos de fertilización asistida, poco podíamos ofrecer a estos varones. Por eso, cuando encontrabamos un varicocele decidíamos operarlo con la esperanza de mejorar la fertilidad. La realidad es que los resultados no fueron buenos, se mejoraba la calidad del semen en algunos pocos casos y se conseguían pocos embarazos. En estudios comparativos, no se llegó a demostrar de forma clara la ventaja de extirpar el varicocele comparado con el tratamiento conservador (que casi es lo mismo que decir ningún tratamiento).

Hoy en día no parece haber motivos para corregir el varococele en casos de infertilidad del varón. La mayoría de los urólogos no recomiendan hacerlo. La Asociación Europea de Urología tampoco lo recomienda. Veredicto: el varicocele es inocente.