EL VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO (PAPILOMAVIRUS) Y EL CANCER

El papilomavirus es un virus de ADN (ácido desoxi ribo nucleico). Ataca fundamentalmente la piel y las mucosas provocando la aparición de algunas enfermedades, la mayor parte de ellas poco importantes pero en algunos casos puede provocar un cáncer.

Este virus no se puede cultivar en los medios habituales por lo que su determinación ha de realizarse por medio del estudio de su ADN. De esta manera se ha detectado la existencia de más de 100 papilomavirus distintos que se distinguen por la diferente secuenciación de su ADN. Pueden enconcontrarse en cualquier zona de la piel humana, muchas veces en estado latente.

Los virus más importantes por su posible gravedad son los genotipos 1,2 y 4 que causan las verrugas planas, los genotipos 6 y 11 que causan las verrugas genitales, también llamados condilomas, y los genotipos verdaderamente graves que son los 16 y 18 que se relacionan con los cánceres de cuello de útero, vagina, vulva, ano y pene. Tambien con el cáncer de faringe.

La relacción de estos virus con las verrugas genitales, se estableció en el año 1907. En el año 1940 se demostró su relación con el cáncer de ciertos animáles de experimentación. En todos los casos eran tumores de piel y mucosas. A finales de los años 90 del pasado siglo XX se pudo demostrar de forma clara la relación del papilomavirus humano, los genotipos 16 y 18, con diversos cánceres epiteliales. Este hallazgo fundamental se lo debemos al Dr. Harald Hausen por lo que fue reconocido con el Premio Nobel de Medicina en el año 2008.

La transmisión de estos virus malignos se realiza por vía sexual por lo que sabemos hasta ahora. Su determinación no puede hacerse por medio de análisis de sangre por producir niveles muy bajos de anticuerpos, no detectables por los métodos habituales. Es preciso analizar una muestra de tejido, generalmente obtenida por raspado de la zona sospechosa, para hacer un análisis de ADN. Esta circunstancia ha dificultado los estudios epidemiológicos.

El papilomavirus tiende a desaparecer del organismo de forma espontánea. Una vez detectada su presencia y seguida su evolución, comprobamos que a los 24 meses el virus no es detectable en el 90% de los casos, ha desaparecido, aunque suponemos que podría permanecer en forma latente. Solo un 10& de estos virus persiste y en algunos casos, no siempre, puede llegar a producir la enfermedad.

No tenemos ningún tratamiento médico para eliminar el virus. El único tratamiento eficaz es la destrucción de la lesión que lo alberga. Pueden utilizarse sustancias queratolíticas (caústicas para la piel) como el ácido tricloroacético o el podofiino. También pieden destruirse mediante el bisturí eléctrico, la congelación o incluso el láser. La destrucción de las lesiones en una etapa temprana seguramente evita su progresión a procesos más graves. Por ejemplo, en los paises donde las revisiones ginecológicas y la práctica de la citología no es habitual, la incidencia del carcinoma de cuello uterino es de 40 por 100.000 mujeres. En los paises en los que esta atención es la norma, la incidenia baja a 4 por cada 100.000 mujeres.

De lo anteriormente dicho se deduce que la prevenión es el mejor método para evitar la infeción y sus consecuencias. La utilización del preservativo es muy eficaz y barato. Las revisiones sistemáticas consiguen detectar lesiones en fase temprana y su destrucción.  Y hoy en día disponemos de vacunas muy eficaces que están empezando a utilizarse de forma sistemática.

 

 

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