LAS OPERACIONES DE PROSTATA

Todos hemos oido hablar que hay hombres que se han tenido que operar de la próstata. Incluso es fácil que conozcamos a alguno. Ya hemos hablado en un artículo anterior sobre cuando es necesario operarse de la próstata.

Hay varias formas de llevar a cabo esta intervención pero todas tienen el mismo objetivo: eliminar, extirpar, el adenoma. Es decir extraer esa parte de la próstata que está causando la obstucción y, por lo tanto, la dificultad para orinar. En estas operaciones no se extirpa toda la próstata, solo se extirpa una parte, el adenoma, el tumor benigno que produce la obstrucción.

Existen dos métodos bien establecidos para realizar esta operación. Una de las operaciones consiste en introducir a través de la uretra un instrumento (el resector) hasta llegar a la próstata. Por medio de un pequeño aro cortante activado por una corriente eléctica se va cortando la próstata en pequeños trozos hasta eliminar el adenoma. Los fragmentos así producidos se eliminan a traves del mismo resector. Finalmente se soloca una sonda en uretra y vejiga durante unos días para faciliar la cicatrización de la zona operada. Esta intervención se conoce como Resección Transuretral de la Próstata.

El otro método es el de la cirugía abierta. Se hace una incisión en el bajo abdomen hasta llegar a la zona de la vejiga y la próstata. Entonces se extirpa el adenoma en una sola pieza a través de la vejiga (método transvesical) o a través de la propia cápsula prostática (método retropúbico). Después de la operación también es necesario colocar una sonda de drenaje en la vejiga durante unos días. Existe otra vía de abordaje a través del perineo, pero es muy poco utilizada.

Con cualquiera de estos métodos, la operación es la misma: la extirpación del adenoma de la próstata que es causa de obstrucción. Ninguna de estas operaciones es mejor que la otra pero siempre es más cómodo para el paciente y la recuperación es más rápida si se utiliza en método transuretral. Entonces, ¿por que hacer la cirugía abierta? Se trata simplemente de un problema técnico. Cuando el tamaño del adenoma es muy grande, es más difícil resolverlo por vía transuretral y merece la pena el método abierto. La cirugía abierta es algo más incómoda para el paciente pero al final no importa demasiado el estar unos días más en el hospital y el tener una incisión en el abdomen. Lo único importante es que el resultado sea bueno y duradero y para ello es necesario asegurarse de que todo el adenoma se ha extirpado.

Se han utilizado otros métodos pero no han dado buenos resultados. La criocirugía (congelación de la próstata) o los ultrasonidos no resuelven el problema con la misma eficacia. Incluso la utilización del láser, el llamado láser verde, simplemente produce una vaporización de la próstata, no una extirpación, y generalmente resulta en una operación incompleta. Sus partidarios lo recomiendan porque estiman que el sangrado es menor y la recuperación más rápida. Pero para un cirujano experimentado el sangrado es una circunstancia habitual que sabe resolver bien y el que la recuperción dure unos días más o menos es irrelevante. Lo importante, como ya hemos dicho, es que el resultado sea bueno y duradero.

 

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